4-8 de marzo
Tras los intensos días pasados en Luxemburgo, encontrando un gran número de personas de diferentes contextos, la amiga Canto Hesius escribe:
“Queridísimos padres, Chicca y Franz,
Los días sucesivos a su salida de Luxemburgo, muchos han hablado de vosotros, del profundo gozo espiritual que las personas percibieron; de la luz que llevaron. Es difícil describir la autenticidad de su experiencia: me parece haber visto cuanto he sentido en las personas. Lo comento así: he visto siempre la misma felicidad en el rostro de muchas personas diferentes. Nos agradecían el haber tomado la iniciativa, porque me parece que les dieron la posibilidad de tocar unas cuerdas de su alma que hace mucho que no vibraban tan libremente; sentí como si ustedes hubieran logrado hacer explotar algo que dentro de ellos estaba encerrado, gracias a la clara verdad de su amor para Dios, encontrando respuestas nuevas, nuevas soluciones en la intimidad de su propio ser, y creyendo en la fuerza del Evangelio vivido, ellos “Creían porque veían y experimentaban…”.
Se necesitarían días para describir la importancia de su presencia, porque ha tocado muchos aspectos: el testimonio de su amor recíproco; la lealtad al mensaje de Chiara Luce, que vosotros nos habéis transmitido con humildad; la disponibilidad al Espíritu Santo para donar Su amor a las personas; el amor por Jesús ( no un simple “hecho religioso”, más bien una Persona); una pedagogía nueva; la gran vastedad de horizontes al presentar Jesús Abandonado; el amor hacia los jóvenes y los niños; el escuchar como arte de Amar; la apelación a la Santidad… ¡Todo fue una maravilla para nosotros! Fue el gozo de poder vivir con Jesús en medio. Fue la profunda alegría de poder vivir con los padres de Chiara Luce y sus amigos… Como decía el periodista: podría quedarme las veinticuatro horas simplemente para escuchar… ¡Pero sobre todo el perfume de Santidad que hizo nacer dentro de muchos la ardiente creencia que se puede vivir en un mundo mejor, más santo! ¡Gracias infinitas! ¡Todo esto fue un gran don de Dios para nosotros! ¡Rezamos por ustedes y por su misión!
En nombre de todos, Anny Hesius